Friday, November 19, 2010

Vida ordinaria

Cansado después de dos horas de partido de tenis. Hemos perdido en el partido pero hemos ganado amigos, lo cual es lo más importante. Además, yo he podido aprender un poco más.

La sesión que nos ha dado Amparo, la bibliotecaria, sobre cómo usar el RefWorks ha sido de una gran utilidad.

Da mucha ilusión pensar que esta noche vamos a ver la segunda parte de la película sobre san Agustín.

Gracias, Señor, por este día.

Sunday, November 14, 2010

Relación Iglesia-Estado

Leyendo un artículo que ha escrito monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, sobre la relación entre Iglesia y Estado, me topé con este párrafo. El diálogo entre la Iglesia y el Estado es algo que hay que promover. En la vida política también hay que levantar la Cruz de Cristo.

En días pasados, el Presidente Nicolás Sarkosy dijo en Roma, después de su entrevista con el Papa: "Francia no olvida que con la Iglesia tiene una historia común de dos mil años y que hoy comparte con ella un tesoro inestimable de valores morales, de cultura, de civilización, que se han inscrito en su identidad. La Iglesia, con los medios espirituales que le son propios, la República Francesa con sus medios políticos, sirven a muchas causas comunes. Entonces, ¿por qué no se hablan? ¿Por qué no podrían trabajar juntas? Creo en la distinción de lo espiritual y lo temporal como un principio de libertad. Creo en la laicidad como un principio de respeto. Pero la Iglesia no puede quedar indiferente ante los problemas de la sociedad a la que pertenece, así como la política no puede quedar indiferente ante el hecho religioso y los valores espirituales y morales. No hay religión sin responsabilidad social, no hay política sin moral".

Friday, November 5, 2010

Una hora de estudio, una hora de oración

"Una hora de estudio, para un apóstol moderno, es una hora de oración." (San Josemaría, Camino, 335)

Me acorde de esta frase de San Josemaría mientras caminaba yo deprisa hacia la Biblioteca a las 11:30 de la mañana hoy. Es que acababa de terminar un trabajo de dos horas y media: haciendo un folleto de cuatro hojas para repartir a los pinoys que van a Barcelona para estar con el Papa el domingo, 7 de noviembre.

"Es que tengo que hacerlo," pensé anoche. Podría no hacerlo porque esto me costará -- eso, dos horas y medio -- horas que son preciosas para mi tesis doctoral. Pero algo en mí razonaba también que será una buena oportunidad de dar algo informativo a los filipinos que van a hacer esa peregrinación. Pues, en el folleto, se puede sacar información sobre la visita del Papa, sobre Montserrat (que vamos a visitar a la vuelta) y algunas fotos de las peregrinaciones anteriores.

Al final, decidí hacerlo desde la primera hora de la mañana. Cuando lo acabé, tenía más o menos una hora y media para ir a la Biblioteca y trabajar en mi tesis. (Tenía que hacer el folleto esta mañana para poder imprimirla en Bidasoa por la tarde porque mañana, no habrá nadie en el seminario: viajarán los seminaristas a Barcelona con el mismo motivo).

Me apresuré hacia la Biblioteca pensando en aprovechar bien esa hora y media de trabajo. "Una hora de estudio, para un apóstol moderno, es una hora de oración," sonaban las palabras alentadoras del santo en mis oídos. Y así lo procuré hacer. Eran minutos intensos, bien aprovechados y...por supuesto...bien ofrecidos. (Nos hemos enterado esa misma mañana del fallecimiento de Dña. Jutta Burgraff, mi profesora antes en Ecumenismo. Así que esa hora y media de estudio, la aproveché y la ofrecí para el eterno descanso de su alma).

Al final de la mañana, me quedé contento. En el fondo, no es el número de horas que dedicas delante del ordenador lo que cuenta, sino el aprovechamiento que sacas de cada una de ellas. Sólo de esta manera puede llegar a ser realidad lo que dice San Josemaría: que "una hora de estudio, para un apóstol moderno, es una hora de oración."

Monday, November 1, 2010

Nunca cuestiones tu vocación

     "Nunca cuestiones tu vocación...y nunca salgas del camino aunque caminas cojeando."

     Con una voz potente, Don Justo repetía estas dos puntos durante la meditación. Era tan fuerte que hasta ahora parece que todavía le estoy escuchando. Es puro sentido común. Una vez ordenados sacerdotes, ya no se pregunta si de verdad tenemos vocación sacerdotal. La pregunta ahora es: ¿cómo ser fiel a esta vocación?

     Los treinta sacerdotes hemos terminado hoy el retiro anual en el Santuario de Covadonga, Asturias. Ha sido unos días de descanso y de convivencia, días de reflexión y de nuevos propósitos a mejorar nuestra vida spiritual. Al final, hemos puesto en la mano de la Virgen de Covadonga nuestra vida sacerdotal. Hemos pedido a Ella -- en las palabras conmovedoras de D. Justo -- "ut loquaris pro nobis bona".